Durante años, Steven Spielberg fue llamado «El Rey Midas de Hollywood» y su misión, convertir todo lo que toca en oro, es un título que sigue renovando. Hoy este director es muy afamado por sus continuas películas donde toca temas extraterrestres. Además se dice que hubo una conexión entre Spielberg, Reagan y los alienígenas.

 

Close encounters of the third kind (1977)
Close encounters of the third kind (1977)

 

Quint (Eric Vespe) le preguntó si era verdad el rumor según el cual, en una función privada de «E.T., el extraterrestre», el entonces presidente Ronald Regan (1911—2004) afirmó que todo lo que contaba la película era cierto. Spielberg recordó las circunstancias de aquella proyección en la Casa Blanca, que se concretó el 27 de junio de 1982, y admitió que, cuando la película terminó, Reagan hizo ese comentario, aunque para él fue «una broma».

 

Que el ex presidente de los EE.UU. le haya traído a cuento los extraterrestres es un asunto que merece una breve recapitulación.

 

REAGAN Y LOS ALIENS. A comienzos de 1980, cuando Ronald Reagan se encontraba en plena campaña presidencial, comenzó a recibir cartas e informes del coronel húngaro Colman Von Keviczky (1909—1998), líder del grupo ufológico ICUFON, quien le escribía para obtener de la ONU la creación de una «agencia de vigilancia ufológica».

 


Poco después de que Reagan asumiera, Von Keviczky recibió la respuesta del Consejero Jefe Militar de la Casa Blanca y del Consejo de Seguridad Nacional, General de División Robert Schweitzer. «El Presidente —le escribió el militar en 1981— es muy consciente de la amenaza que su documento aclara y está haciendo todo lo posible para restablecer la defensa nacional de la forma más rápida y prudente posible.» Días más tarde, Schweitzer, presionado por la agencia Associated Press, quiso desdecirse. Tarde, porque la carta ya estaba en manos de un ufólogo exultante que, ¡por fin!, celebraba que un Presidente tomase en serio una cuestión que para el militar húngaro era «de vida o muerte».

 

Alejandro Agostinelli junto a Colman Von Keviczky (1986)
Alejandro Agostinelli junto a Colman Von Keviczky (1986)

 

Otra instancia de contacto de Reagan con las fuerzas alienígenas que asustaban a Von Keviczky sucedió en 1989, durante la primera cumbre en Ginebra de las superpotencias. Reagan le planteó a su par, Mijaíl Gorvachov, la siguiente suposición: «Si el mundo sufriera una amenaza del espacio exterior; ¿no cree que nuestros países olvidarían sus diferencias para unirse frente al enemigo común?».

 

 

 

Por aquellos años Reagan, ex actor de películas del Lejano Oeste, era visto como un elefante en un bazar. Por cierto, vivía rodeado de asesores que trabajaban para controlar sus meteduras de pata. Colin Powell, su hombre en el Consejo de Seguridad, averiguó que Reagan había inspirado su comentario en «El día que paralizaron la Tierra» (1951), película de la que era fanático. El mundo estaba pendiente de la Iniciativa de Defensa Estratégica (el sistema de misiles intercontienentales antinucleares conocido como Star Wars) y sus políticas neoconservadoras y anticomunistas sembraban miedo a los países que luchaban contra sus respectivas dictaduras, lo cual podría explicar por qué, en algunos países, no costaba nada simpatizar con potenciales invasores extraterrestres.

 

A Spielberg siempre le rindió que sus películas se crucen con el mundo real, y él mismo ha enredado adrede ficciones con realidad para llamar la atención. Así, el director de «Tiburón» (1975) y «La lista de Schindler» (1993) se acostumbró a que los aficionados a los platillos voladores le atribuyeran mensajes cifrados a sus películas sobre extraterrestres. «Encuentros Cercanos del Tercer Tipo» (1977) acaso fue la primera película que encarnó la escenografía ideal de la cita programada con una inteligencia del espacio exterior, ya que llevó al mismo destino, las montaña La Torre del Diablo de Wyoming, a un contactado místico (Richard Dreyfuss) y a un científico (François Truffaut, que interpretaba al legendario ufólogo Jacques Vallée).

 

 

La Torre del Diablo en Close encounters
La Torre del Diablo en Close encounters

 

En la entrevista, Spielberg renegó de los retoques digitales que hizo en «E.T., el extraterrestre», probablemente el más bello cuento de hadas alienígena jamás filmado. «Cuando alguien me pregunta qué versión de E.T. recomiendo ver, le digo que la original de 1982». Se comprometió no volver a intentar parches digitales de sus antiguas películas. En la reedición de 2002 de E.T. una secuencia en la que dos agentes federales armados con rifles —y que pasaron a llevar sendos walkie-talkies-, hizo que se hablase más de los motivos de aquellos cambios que sobre el aniversario.

 

 

ET El extraterrestre
ET El extraterrestre

 

De la entrevista que Quint le hizo ahora a Spielberg, el fragmento más impactante es el que le dedica a la función de «E.T.» en la Casa Blanca en 1982. Se confirman los rumores de la proyección privada y aclara el diálogo, o mejor dicho el comentario que Reagan le susurró al cineasta cuando la película finalizó.

 

Entrevista:

Quint: He escuchado una historia que te quería comentar. No sé si será verdad, pero un amigo que hace efectos especiales me habló de una proyección privada de E.T. para Ronald Reagan. ¿Has escuchado algo sobre esto?
Steven Spielberg: ¡Estuve ahí!
Quint: Lo que escuché fue que, cuando Reagan la vio, empezó a hablar de lo próxima que estaba a la realidad y que lo sacaron de inmediato de la sala. ¿Eso es verdad?

 

Steven Spielberg: No, no se lo llevaron de la sala. ¡Era el Presidente de los Estados Unidos! ¡Nadie podría llevárselo de la sala! Fue en la sala de proyección de la Casa Blanca y Reagan se levantó para agradecerme haber llevado la película y mostrársela al Presidente, la Primera Dama y a sus invitados, entre los cuales estaban Sandra Day O’Connor en su primera semana como Juez de la Corte Suprema, y también unos astronautas. Pienso que Neil Armstrong estaba ahí, no estoy el cien por cien seguro… pero fue una noche increíble, de las más increíbles. (Reagan) se puso de pie y miró a su alrededor, casi como si estuviera sacando cuentas de cuánta gente había, y dijo: «Quiero agradecerte por traer E.T. a la Casa Blanca. Hemos disfrutado mucho de tu película», y luego miró alrededor y dijo: «Y hay muchos aquí, en esta sala, que saben que todo lo que se vio en esa pantalla es absolutamente cierto.» ¡Y lo dijo sin sonreír! Pero eso dijo y todo el mundo se rió, para que quede claro. La sala entera se rió porque lo presentó como un chiste, pero no sonreía cuando lo dijo.

 

Ronald y Nancy Reagan hablando con Spielberg tras la proyección privada de E.T.
Ronald y Nancy Reagan hablando con Spielberg tras la proyección privada de E.T.

 

La sala se rió y nunca me olvidaré de la conversación que tuve con el Presidente. Me llevó a un costado y me dijo… (no me sale la imitación a Reagan. Me encantaría poder imitar su voz maravillosa, entrecortada…) Nancy Reagan estaba a su lado y el Presidente me dijo: «Solo tengo una crítica sobre tu película». Le pregunté «¿Cuál es?» Me dijo: «¿Cuánto duraron los créditos del final?». Le dije: «No sé. Quizá 3 o 3 minutos y medio». El me dijo: «En mi época, cuando era actor, nuestros créditos duraban quizá 15 segundos.»

 

En resumen, la conversación que Spielberg mantuvo con Reagan giró sobre la duración de los créditos. «Le parecían demasiado largos los créditos del final, ¡esa era su única critica!», siguió el director de E.T.

Quint: ¿Te parece que dejó escapar algo ahí?
Steven Spielberg: No me parece que se le haya escapado algo, no. Pienso que hizo un chiste sin sonreír, sin ningún brillo detrás del chiste. Pienso que el chiste pegó, porque todo el mundo se rió, pero, siendo un poco ufólogo, yo esperaba un poco más detrás del chiste. Pero me apena decir que sólo intentaba hacer un chiste.

 

Fuente: [Yahoo] – Autor: Alejandro Agostinelli